Muchas
personas tienen un amante y otras quisieran tenerlo. Y también están las que no
lo tienen, o las que lo tenían y lo perdieron. Y son generalmente estas dos
últimas las que están tristes o sufren
de insomnio, falta de voluntad, pesimismo, crisis de llanto o diversos dolores.
Sus
vidas transcurren de manera monótona y sin expectativas, trabajan solo para
subsistir y no saben en qué ocupar su tiempo libre. Van a consulta y el
diagnóstico es Depresión.
Ante
estos síntomas lo que en realidad necesitan es un Amante.
Amante
es: lo que nos apasiona. Lo que ocupa nuestro pensamiento antes de dormir y
también a veces quien no nos deja dormir. Nuestro amante es quien nos vuelve
distraídos en nuestro entorno, lo que nos deja saber que nuestra vida tiene
motivación y sentido.
A
veces a nuestro amante lo encontramos en nuestra pareja, en otros casos en
alguien que no es nuestra pareja, también puede estar en la investigación, la
lectura, la música, la política, el trabajo, en la necesidad de trascender
espiritualmente, en la amistad, en la buena mesa, en el estudio o en un hobby.
Es
alguien o algo que nos pone de “novio con la vida” y nos aparta del triste desafío
de tener miedo a vivir.
Sé
un amante y búscate un amante “vive la vida”
Un título sugerente con un buen contenido.
ResponderBorrarEl primer amante debe ser uno mismo, la única de desarrollar la capacidad de amar al prójimo y al todo, es aprender a amarse a si mismo
ResponderBorrarY la única manera de aprender a amarse así mismo es conocerse a si mismo, pues no se puede amar lo q no se conoce y x ende lo q no se entiende
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